lunes, 24 de agosto de 2009

ESCARAPELAS DE GAMUZA ENFERMIZA

A veces nos reímos como quien lanza un soplo
de estereotipos útiles y vagas profecías,
sabio golpe del tiempo solventando fantasmas
de aljibes atrasados y olor a sinagogas.

El aire gira un vals de silencio en las calles.
Oro, cruz de Damasco, con reflejos azules
en cristales de ausencia.
Pálido el día acusa noches de duermevelas,
transparencias perdidas en tálamos sombríos.

La soledad no entiende que inercia está de moda
o qué consumo llega a ensuciar otro asfalto.
Se vive en la medida de justa penitencia,
tupida piel de naipes con el día en la espalda
y un color trasnochado en las mejillas.

Sol de oropeles y entre luz y sombras
los ecos de otro ayer siempre en la mente,
Partos y Medos, historial que supo
cómo esquivar los guiños de ramera.

La tarde va cediendo soportales de paz
y ramas de color en los balcones.
Huele a perfumes de alcanfor la plaza,
cosecha de foráneos y ambiente distraído
que luce escarapelas de gamuza enfermiza.

Max

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