jueves, 24 de diciembre de 2009

TODAS LAS GOLONDRINAS OLVIDARON SU NIDO

La tarde lenta acusa la sensación de olvido
bajo la lluvia opaca de un domingo cualquiera.
Diciembre se apresura a deshojar los robles
y un cielo de azabache se consume en silencio
sobre el tardío ocaso de sus melancolías.

La apuesta fue de soles con el crujir de dados
de habituales fantasmas sin sed de apocalipsis
que en mediáticos ciclos mordieron su estructura.
Caravana del ocio partida en dos mitades,
la del que espera absorto lanzarse a un nuevo juego
o la de quien construye toboganes de ausencia.

Todas las golondrinas olvidaron su nido.
Todas las navidades se volvieron nostálgicas.
Y así es tu voz, mi voz, tu piel o mis disculpas
y un brindis ya acabado en soledad de siempre.

1 comentario:

ROCIO dijo...

Max ya leí que te llegó ellibro y me alegra, espero que te animes y escribas.

Un abrazo.

Rocío